Terapia para adultos

Atreverse a dar el paso de pedir ayuda no es fácil. Cuesta decidirse a llamar y elegir terapeuta puede ser complicado. Al deseo de encontrar alguien que te entienda y te ayude, se puede unir el miedo a que no se den esas condiciones.
Lo más importante es que el paciente encuentre un espacio en el que sentirse acompañado. Por ello, realizo siempre una primera fase de entrevistas. Estas permiten hacerse una idea del caso que nos ocupa y ver si mi técnica y mi forma de trabajar se adaptan a él. También es un periodo en el que el paciente puede ver cómo trabajo y si se siente cómodo con ello.
Decidir a terapia puede tener que ver con que te estás sintiendo desbordado y no sabes cómo lidiar con lo que te pasa, ya sean dificultades emocionales como estrés o ansiedad, depresión, adicciones, duelos, problemas de alimentación… Puede que esas dificultades hayan aparecido en un momento determinado o puede que lleves muchos años sintiéndote así, a lo mejor toda la vida. Si estás en ese punto y te has atrevido a dar el paso, enhorabuena, no es nada fácil. Sin embargo, también puede traerte a terapia el deseo de conocerte en mayor profundidad.
La terapia sirve para descubrir como piensas, como sientes, como te relacionas con tu entorno. Ayuda a ganar perspectiva y a desarrollar recursos que te permitan manejar mejor las situaciones. Saber mejor cómo eres ayuda a poder cambiar aquellas cosas que te hacen sufrir y ganar control sobre tu vida, de manera que sientas más capacidad de poder elegir.
Trabajamos brindando un espacio seguro y confidencial en el que poder pararse a pensar sobre uno mismo.
Acompañamos desde la profesionalidad y el trato humano ayudando a que el paciente pueda sentirse en confianza.
Los síntomas son la señal que recibimos de que algo nos está pasando y necesita ser atendido. Juntos, exploramos lo que hay detrás de ese síntoma para desentrañar su significado. Ofrecemos un espacio de quietud semanal en el que abordar lo que está afectando a la salud mental.